Usted podría estar botando su dinero a la basura si no está haciendo un correcto control de aguas a la hora de diluir y aplicar sus agroquímicos para el control de diferentes malezas o plagas, acá le contamos un gran error que puede estar cometiendo en el uso de sus herbicidas.
Es necesario hacer un análisis de la consistencia del agua puesto que tener agua limpia asegura una mezcla adecuada y correcta.
Siempre debe revisar si el agua en el que va a diluir el producto tiene o no materiales pesados, presencia de limos o arcillas y si es dura, semidura o blanda, todo esto puede afectar la eficiencia del herbicida.
Cuando usted hace uso de agua contaminada, las moléculas que esta contiene suelen tener baja o nula compatibilidad con los compuestos químicos del herbicida, por lo que inactivan el ingrediente activo y esto conlleva a que ocurran muchas fallas de aplicación.
El ingeniero agronómico, José Miguel Uribe, alerta sobre los siguientes:
1. Usar agua contaminada puede generar impurezas en la solución con el herbicida. Por lo tanto, no será tan efectivo y se deberá comprar más o dejar labores incompletas.
2. Usar agua contaminada al momento de aplicar un herbicida puede tener efectos colaterales graves, por ejemplo, intoxicar el cultivo y plantas que sean benéficas para el mismo.
3. Puede que esa mezcla contaminada termine afectando el activo más grande que tiene un agricultor: el suelo. Química y biológicamente sería una inconveniente grande a largo plazo.
4. La contaminación de cuerpos de agua. Verter esta mezcla en una fuente hídrica o su infiltración natural pueden afectar este recurso y tener efectos en ecosistemas y comunidades.
5. Resistencia a las malezas. Si el herbicida se aplica constantemente con agua impura, este no tendrá su efecto completo y se generará resistencia.
Se estará preguntando, ¿Cómo hacer entonces un correcto tratamiento de aguas?